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Dos almas, un instante.

caminantePosted for Everyone to comment on, last year8 min read

“El amor tiene un bello instante cuando dos seres se encuentran y quieren estar juntos, sin preguntas, sin pasados; solo el aquí, el ahora, es lo que importa”

Marie, ¡Oh, contestó!
Hola, ¿a qué te dedicas?
Joshua, ¡A extrañarte, cariño!
Al escuchar esa respuesta, -por un breve instante- Marie sintió correr por toda su espalda-columna, una ráfaga de energía, que volvía a subir a su cerebro una y otra vez; parecido al instante de un orgasmo sexual.
Hola, Marie ¿estás bien?
Oh sí, disculpa Joshua; espero no interrumpir sus labores.
Sí interrumpes, estaba tratando de redactar; pero el recuerdo de nuestro encuentro no me ha dejado concentrar. Pero suspendo, no esperaba tu presencia tan temprano.
No pude dormir, me traes medio loca, medio avergonzada;
¿Almorzamos juntos? -Yo invito-
¡Oh, gracias me honras con tú invitación! -me ducho y nos encontramos-
¿En una hora está bien? -agregó Marie-caminamos y decidimos que comer, ¿te parece?
-Está bien, asintió Joshua, empiezo a contar los minutos, cariño-

¡Saludos amigos y amigas de historias y caminos!
Marie y Joshua se conocen en circunstancias poco comunes, pero al sentirse cerca, respirar el mismo aíre y beber de la misma agua, son transformadas sus vidas, no razonan, sólo desean conocerse; la conspiración de las almas
entra en escena. Por lo general la mayoría de las parejas no saben explicar claramente cómo decidieron, luego de encontrarse, andar juntos. Los poetas y autores nos van dejando retazos literarios con la expresión “instantes”
Encuentros extraños de dos almas que en los cielos ya han decidido unirse en la tierra para cumplir una misión a través del amor de pareja.

Les invito a compartir un final a la decisión (enviar su comentario) que toman al otro día. Una parte de la historia la escuche entre dialogo de amigos, de esos que son cómplices; resulta que una pareja familiar de uno de ellos ya mayor, pasó por un proceso parecido, y un día contaron la verdad completa de cómo se conocieron. Recordemos la fantástica cita de Oscar Wilde: “A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante”

Continuemos…

…Se conocieron la noche anterior; ella buscaba un cliente que pagara por su cuerpo y compañía; él entró buscando la música de un saxo que lo desvió de su camino al hotel; una cerveza viene bien -pensó- sin embargo, cuando los ojos de una bella dama se cruzaron con los suyos, en ese instante mágico, todo cambio para los dos. Ella salía del bar con un vaso de agua en la mano y se dirigió a él, cual ave de rapiña que quiere llegar primero; aunque su cualidad zodiacal de libra es equilibrio y justicia; está vez no permitió que otra atendiera al recién llegado.
Sonaba un blues muy suave, de esos que invitan a bailar, a tararear y besar en el cuello… Hola, -dijo el recién llegado- ¿puedes aceptar tomar algo conmigo, luego bailamos?

Sí señor para eso estamos, soy Marie…extendiendo la mano pregunto ¿y tú?
Joshua para servirle…él tomó la suave mano de la dama y sintió un temblor poco inusual, una experiencia kinestésica, como cuando alguien dice: está temblando, ¿sentiste?
Cuando termino el instante de trance; él preguntó: ¿qué bebes?
Oh, es agua fresca, ¿provocas de un sorbo?
Él observó con cuidado donde ella tuvo los labios y bebió del mismo lado; la mujer estuvo atenta al detalle enamorado de su nuevo cliente.
Al llegar pensé en una cerveza, ¿gustas acompañarme?
Está bien, que sean dos, -con mirada de complicidad- pues el lugar entrena a las chicas para pedir tragos más fuertes y costosos.
Por favor, cuando aparezca el mesero, di que luego pides media botella de brandy para entrar en calor.
Está bien -asintió Joshua- en ese momento aterrizo que estaba en un bar de bombilla roja, buscando una dama de compañía.
¿Qué piensas? -preguntó Marie-
Corrígeme si me equivoco, -dijo Joshua- ¿esto es un bar donde se contrata, se paga una mujer de compañía?
¡Oh, no puedo creer que seas así de inocente! -exclamó la mujer-
Llegaron las cervezas, él preguntó el valor y pago; agregando: más luego lo llamo para pedir brandy.
Está bien señor -dijo el mesero- y se alejó.
Qué piensas ahora, que abriste los ojos, cariño -dijo Marie-
Ven bailemos y conversemos de cerca, al oído…
Está bien, dijo la chica.

Me sienta bien tu compañía, actuaste con la inocencia de una niña de corazón cristalino, pero atrevido. Por ahora me agradará conocerte como mujer, no como instrumento sexual. ¿Si quieres, puedes aceptar ser sólo amigos? Si nos fuéramos de aquí, estoy dispuesto a pagar, ¿aceptas? Marie guardó silencio, en un instante fugaz su mente recorrió el camino y la decisión de haber llegado a ese lugar semanas atrás. Con nadie en toda su vida había sentido ternura, como la que sintió cuando él tomó del vaso y puso sus labios del mismo lado donde ella tomaba.

Regreso al momento presente, donde percibía el aroma varonil de su compañero de baile.
Paga 50 pesos al mesero, -dijo la mujer- ya lo llamamos, él traerá una factura y me dará una copia, eso vale mi libertad por sólo está noche.
Y, a ti ¿cuánto te cancelo? -preguntó Joshua-
Nada, salgamos y caminemos tomados de la mano, bebamos vino rojo, hablemos de nuestras vidas; luego me regresas a mi departamento; -así está bien-
Él por no dañar el negocio de la mujer, llamó al mesero, dijo que quería cancelar la salida de la dama y una botella de vino tinto al clima; ah, por favor tráelo y en mi presencia la destapa, gracias.
Lo que usted ordene caballero -dijo el camarero-

Una vez estuvieron libres en la calle, él tomó a pico de botella un sorbo y luego pasó la botella a Marie, ella no la recibió; él intuyó que ella quería bocados; -y así lo hizo, bebió y luego con un beso prolongado dejo el trago en su paladar. Ella, una vez que logró deslizar el amoroso sorbo por su esófago, rompió en llanto, dijo que nadie la había tratado con esa naturalidad tierna y espontánea.
Eso me inspiras, -contesto Joshua- pareciera que nuestras almas ya hubieran organizado este encuentro en los cielos. Cómo así -dijo Marie- no había escuchado eso;
Oh, es largo de explicar el asunto, creo que al tercer trago ya recuerde como hablar esa teoría; por lo pronto háblame de tu niñez, de tu primera juventud, de tú hogar, de donde eres…Y, a sí cogidos de la mano caminaron hasta agotar el vino; ella le contó muy emocionada con detalles su vida, él como buen embajador del signo de cáncer, la escuchó con alertidad y honra, pues se abstuvo de preguntarle su oficio; pues podría dañar el momento.
Ven tomemos un taxi, te dejaré en tu hogar, yo vuelvo al hotel, no acostumbro a beber de más. Mi hogar está allí donde me conociste -suspiro Marie- pero no quiero ir allí. Está bien -exclamó Joshua- rentaré una habitación en el hotel aparte para ti.

¿No quieres dormir conmigo? -grito bañada en lágrimas-
Por ahora no Marie, siento que no es el tiempo;
¿Entonces cuando es tu tiempo?
Mañana, cuando hayamos descansado y sin el sabor a tus embriagantes besos, veré que se me ocurre.

Horas después, al volver a reencontrarse en el pasillo del hotel, se abrazaron y suspiraron espontáneamente.
Ven -dijo Joshua- tomemos fruta fresca en la cafetería del hotel, luego salimos a buscar donde comer.
¡Oh, es una excelente idea, asintió Marie!

Luego del frugal desayuno, en medio de risas y coqueteos, intercambiaron anécdotas de sus vidas; a la hora de caminar decidieron un restaurante, el pedido fue pargo rojo con vegetales y otra botella de vino tinto; sé que no corta con el pescado,-dijo Joshua- pero es mi favorito, de acuerdo dijo Marie y tomándolo de la mano, agregó: -ven vamos a ese balcón que mira al mar, antes de la primera copa, dime cuando dormirás conmigo-
Joshua, la beso en la frente y añadió: como ya te dije soy empresario hotelero; estoy divorciado, confió que seas una mujer sin compromisos de pareja. Ya te dije que no me he casado, y no tenía pareja hasta anoche que apareciste, -aclaro Marie-
De acuerdo -asintió Joshua- en 7 días, o siete semanas dormiremos juntos si aceptas lo siguiente: Sal de ese oficio que tienes, yo te ubico a trabajar en la administración de uno de los hoteles, una gerente te entrenará paso a paso. A partir de mañana -si aceptas- generarás un salario bien remunerado, dormirás en una de las habitaciones del mismo hotel, por 7 días o siete semanas. Antes de dormir y vivir juntos iremos a un juzgado o notaria y nos uniremos civilmente; nos veremos a diario para almorzar juntos.
Marie guardó silencio. Joshua la tomó de la mano, ven a la mesa, llego el pedido; almorcemos, antes de beber la primera copa, me das una respuesta, ¿de acuerdo? Marie unió sus labios a los de él y con un suave beso susurro, -de acuerdo-

Nota:
La presente publicación es responsabilidad de Fernando Tellez,
agradezco el apoyo y los comentarios;
Para asuntos de contenido, favor de escribir al correo: [email protected]

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