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Fría Vagancia

caminantePosted for Everyone to comment on, last year7 min read

“Los límites que dividen a la vida de la muerte son muy vagos, ¿quién podrá decir donde termina uno y comienza el otro?” -Edgar Alan Poe-

Martí y Ann se conocieron en una agencia de viajes; coincidieron ese día, esa hora, y mismo destino turístico “el caribe con todos sus encantos”. La agente que atendía a Martí pregunto si podía sentar junto a una jovencita que también se unía a ese paquete turístico para explicar detalles del tour que incluía un mini curso de buceo y sus condiciones. -Está bien, contesto Martí- la agente hizo señas para que la joven se uniera a la explicación. Cuando Ann estuvo al lado del joven, ambos sintieron un fuego abrazador interno. Se saludaron con el nerviosismo típico de dos seres que se encuentran para regresar a la eternidad, luego de corregirse. ₁
Firmados los acuerdos con la agencia de viajes, los nuevos amigos intercambiaron teléfonos para fortalecer ese inesperado encuentro. El viaje fue una aventura maravillosa para ambos; Aunque fueron 6 días y 5 noches; en la última se conocieron en intimidad, haciendo un acuerdo de convertirse en amigos con derechos. ₂
Sin embargo, cuando Ann regreso de su viaje de graduación en libertad -sin grupo escolar, ni familia- inició a ausentarse sin llegar a dormir a su casa paterna. Su mamá de inmediato la enfrentó y le exigió respeto para con sus padres y con ella misma; por tanto, les figuró casarse, o formalizar esa convivencia naciente.
En contra de sus voluntades organizaron algunos electrodomésticos en una casa de renta. Entre los acuerdos de pareja estuvo andar vagabundeando; él seguiría con sus amigos y las largas ausencias de fines de semana, sin ofrecer explicaciones. Ann inició a trabajar en un restaurante nocturno de jueves a domingo, y cuando le salía programa con un cliente o con los compañeros, tampoco llegaba a casa. Algunas veces salía del pueblo con amigas, a vagabundear la vida -decía- Con su esposo tuvieron algunas discusiones con los pagos, los quehaceres u oficios de esa casa; y decidieron cada uno cocinar para sí, cuando llegara a casa y cada quién lavaría sus ropas, el aporte monetario fue al 50%. Y como buenos vagos que evaden demasiado compromiso, acordaron luego de un tiempo de vivir cada uno a su manera, o viviendo sus amores vagos₃; organizar ese matrimonio. Las vivencias ilusorias de ambos eran temporeras, pues con nadie ni nada se comprometían, sólo era vivir el momento.
Pasaron 3 años de un matrimonio con algunos derechos; de esos que no quieren hijos y la menos responsabilidad posible. Una mañana Martí se enrolo en una compañía de electricidad, con acuerdo de estar viajando hasta en buques que solicitaban a un eléctrico, para cablear o para reparar. Martí decidió terminar con ese hogar.
-Viajar- la incertidumbre de su amor por la aventura a lugares distintos cada cierto tiempo, fue la excusa para sus amores vagos hacia Ann; ella no lloro, tampoco rezo para que le fuera bien. Fueron a un hotel, de esos de paso, una semana después de entregar el alquiler -aquel hogar, sin calor humano- pero, sólo dialogaron y recordaron como se conocieron; Ann no permitió que él la tocará; ¡necesito tiempo -dijo- para preguntarle a mi cuerpo si te volverá a desear!
sintió una misteriosa angustia; pidió un solo deseo: escribirse cada año en la fecha que se conocieron, en navidades y en el cumpleaños de cada uno; -Trato hecho, asintió Ann- Ese acuerdo con el paso de los años, los alejó del divorcio, evitando irse a vivir con alguien más. Secretamente cada uno esperaba esa acordada conexión, que resultó ser el salvavidas de una convivencia futura.
Ann aceptaba otros amores, -solo de ocasión- argumentado que era casada y que su esposo navegaba y pronto regresaría. Martí no logró dormir dos veces con la misma mujer, cuando lograba conectar con algún nuevo amor, -el alma, el recuerdo de Ann- no dejaba prosperar ningún segundo encuentro. Pasó el primer año de labores de Martí; entonces salió de vacaciones, de inmediato tomó un avión para buscar a Ann, que por esos días estaba de cumple; ella cuidaba de su padre, que enfermo gravemente. En la cafetería de un frío hospital, él la visitaba cada día, almorzaban, la acompañaba. Ella observaba con ansias en la ventana -ver que llegaba- Oh, fue muy fugaz esa semana. Él prometió visitar el hogar de sus padres, que estaban en otra ciudad; así que la siguiente semana de su descanso, fue allí. Algo extraño comenzó a ocurrir, en los diálogos de cartas, cada uno contaba que aprendió a cocinar esto o aquello. Él, al llegar a algún país nuevo gustaba de prendas para ella y se las enviaba. Luego de dos años Ann escribió en su diario: -no tendré más amores vagabundos- y Martí le confesó: ¡sabes, desde que tuve una visión nocturna, no me animo a acercarme a ninguna mujer! -es más, inicie a estudiar un nuevo idioma, luego de trabajar- busco un ascenso.
Ann aceptó volver a casa de sus padres, para estar al cuidado de ellos que eran mayores; por dinero no te afanes, le dijo mamá, pide lo que necesites; así que renunció al último restaurante.
En pareja vinimos y en pareja hemos de terminar -dice la canción de Arjona- Al tercer año, ambos lloraron en un aeropuerto cuando se reencontraron; entonces Ann le dijo: ¡Estoy preparada para volver a nuestra intimidad! Pasaron esos días de vacaciones de Martí, en visitas a sus padres y en su alegría de volver a dormir juntos. Se acercaba el quinto año, desde que entregaron el primer hogar de vagos. Martí recibió una llamada inesperada: era Ann diciendo: ¡Estamos embarazados! -Maravilloso, contestó- renunciaré y aceptaré trabajar cerca de ti y del bebé- compraremos nuestra casa con mis ahorros, ya tengo acordado trabajar con otra compañía, en la ciudad donde tú estás, para que continúes pendiente de tus padres.
Luego de la renovación formal del matrimonio, iniciaron a viajar en auto, y en motocicleta después que el bebé creció y lo dejaban a cuidar. Esas fechas serían el día que se conocieron en la agencia de viajes y en el cumple de ambos. En navidades pasarían con los padres, hasta que ellos partieran.Ese día -cuando habitaron su nuevo hogar- Ann le reveló una visión que tuvo la noche del día que se conocieron, le dijo: “Vi que regresábamos a la eternidad, pero antes teníamos que pasar por un desierto; hasta que el silencio de la separación nos corrigiera de nuestra fría vagancia”
¿Estás de acuerdo en construir una amistad eterna, y de acompañarnos por siempre? pues una extraña esperanza nos mantuvo unidos, -dijo Martí lleno de lágrimas y la abrazó- ¡De acuerdo!

*Notas:
-1- Nuestros sabios y comentaristas, vienen diciendo que algunos amores se disfrutaran, luego del llorar y del corregirse; sólo así podrán deleitarse a plenitud…
…Estadísticas de divorcios en matrimonios civiles dicen que uno o ambos en una relación no supieron cómo adaptarse o, como corregirse de las obsesiones o, de las vagabunderías individuales. Sólo unos pocos se corregirán en el desierto del silencio.

-2- Desde tiempos inmemoriales, algunas parejas optan por relaciones un tanto aisladas de un hogar en común, con actividad sexual; creando la figura de amantes, y como se usa en la modernidad -amigos con derechos- Incluso algunos ya viven bajo el mismo techo y continúan diciendo que son -solo novios-
-3- Amores vagos: Son esas aventuras sin conciencia, sin unidad, carentes de luz -dicen los antiguos- y se presentan, no solo en el romance de pareja, también en los anhelos flojos y en los emprendimientos sin pasión.
Uno de los lemas de la actitud del vago es: “La verdad es que tengo una gran duda, ¿los vagos tenemos que ir al infierno o nos vienen a buscar? “


El blog del Caminante es responsabilidad de Fernando Tellez Pineda;
Quién es investigador, comunicador y generador de contenido.
Si tiene algún aporte o comentario, es bienvenido. Si requiere de sus servicios, escriba al correo: [email protected]

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