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ENTRE LÍNEAS | Reto Constelación

kantosPosted for Everyone to comment on, 5 years ago5 min read
Queridos amigos, publiqué este relato ficticio para el reto de constelación, lo hice inspirado en la imagen que está al final del post.

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ENTRE LÍNEAS

Confieso que para cualquier chico de 18 años mi trabajo podía ser aburrido, pero para mí era todo un sueño; les cuento: era el encargado de una librería, y a pesar de que la librería había nacido al principio del siglo al igual que yo, no vendíamos mucho y esto me daba tiempo para leer los libros que ahí intentábamos vender.

Me encantaba leer obras de Julio Verne, y ese día no sería la excepción, eran escritos que tenían unos 50 años o un poco más, pero recién llegaban a nuestra tienda, eran casi inéditos, teníamos el privilegio de ser la única librería de toda la comarca y como tal, nos llegaban los mas nuevos ejemplares.

Mientras leía en total soledad, ponía a sonar en la vitrola un acetato de Tchaikovsky, mientras me sumergía entre líneas podía escuchar de fondo las Flautas, Violines y Contrabajos de esa magistral obra "The Tempest", también tiene algunos años, pero es nueva para mí (tenemos fonógrafo en la tienda desde hace poco), tanto me sumergí que me quedé dormido, se me había hecho tarde, había oscurecido y era 31 de diciembre.
Cerré la librería casi corriendo, la vía rumbo a casa por donde siempre transitaba unos 90 minutos, estaba desértica y oscura, tomé entonces la decisión de tomar la vía alterna, caminar hasta la orilla del río a tomar un bote para atravesarlo, no era mas que un arroyuelo que separaba el pueblo donde vivo del comercio donde trabajo, debía llegar rápido a casa, mi familia me esperaba.

Las personas que acostumbraban a alquilar los botes no estaban, era obvio, de seguro ya estaban con su familia, yo a punto de dejarme vencer, recordé ver un viejo bote flotando, amarrado de un viejo tronco, tenía meses en el mismo lugar y en efecto, seguía ahí, sin pensarlo me subí, desaté sus amarras y emprendí el viaje.

De pronto algo pasó, sentí un gran estruendo, el cielo se iluminó con un relámpago, y comenzó a llover, era tal la tempestad que ese pequeño río poco navegable y de aguas pacíficas se convirtió en una corriente de agua sin control.

En ese instante un rayo golpeó mi bote, destruyéndolo por completo, por suerte no me tocó pero caí al agua y por poco me ahogo, nadé sin parar para atravesar a contracorriente tan inclemente río, sin embargo me arrastraba mas y mas, corriente abajo, alejándome de mi destino.

Sumergido en el agua y casi sin fuerzas, por un momento no supe de mí, por suerte un tronco de algún arbol caído estaba a mi paso y me detuvo, al abrir los ojos una chica sostenía mi mano, era bella, todo un ángel, me dijo que tuve suerte que ella me hubiera visto, ya que nadie visitaba ya ese río, pero ella tenía la tradición de ir al río todos los fines de año para despedir el año viejo, arrojando una moneda y luego correr a la ciudad, abrazar a su familia y esperar juntos el inicio del año nuevo.

Le pregunté de qué ciudad hablaba, toda la zona eran solo poblados, pero al levantar la vista me di cuenta que ella tenía razón, y yo había llegado a otro lugar, sin duda era muy distinto y distante de mi destino, tenía enormes edificaciones, muy modernas; ella me preguntó el por qué de mi atuendo antañón, si no era carnaval, yo la miré y vi que sus ropajes eran mas brillantes que la seda, y su vestido (para mí) estaba increiblemente corto (hasta la rodilla) y parecía hecho de plástico al igual que su calzado, tenía algo en su mano, un dispositivo que brillaba mucho y que ella no dejaba de mirar, como contando el tiempo o viendo la hora, no lo sé, yo no entendía nada.
Le dije que (a mi parecer) su atuendo no era correcto para una dama y por muy moderno que fuera el siglo XX no estaba bien visto que ella estuviera así vestida, ella no entendía mis palabras ni yo las de ella, se reía y me preguntaba que era eso que yo hablaba del siglo XX, que si estaba loco, que su atuendo estaba a la moda, que mas bien era largo para lo que usaban otras chicas.
En ese momento el cielo volvió iluminarse, el sonido me aturdía, ella nuevamente miró ese raro artefacto que tenía en su mano y que alumbraba cual antorcha, colocó en mi mano una moneda, cerró mi mano y me dijo: "Alza la cabeza, son las 12, feliz año nuevo", al mirar al cielo vi esta imagen y caí desmayado al entender que el río me trajo del 1919 al 2019 en unos minutos.

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https://pixabay.com/es/fireworks-cohete-d%C3%ADa-de-a%C3%B1o-nuevo-3816694/

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