Antes de empezar, me permito criticar la costumbre ancestral de pedir deseos a final del año, sí, así de irreverente puede ser, que hasta una práctica que los seres humanos llevan haciendo más seis mil años me parece tonta y llena de clichés.

Lo critico, no porque esté mal desear, o aspirar cosas buenas, incluso augurar un buen porvenir, lo normal es que todos esperemos lo mejor, pero, ¿tiene que esperar ser diciembre para decir las cosas que queremos?

¿Por qué lo cuestiono?, precisamente estamos en una era donde muchos “decretan” con la palabra, es decir, “si lo digo se cumple”, es cierto, las palabras tienen fuerza, pueden consolar, destruir, ayudar, aclarar, pero de allí a creer que con solo “palabras” se pueda construir un proyecto sólido, o de que solo decir lo que deseamos se va consolidar plenamente sin que trabajemos arduamente para desarrollarlo, es por si una ilusión, sueños vacíos.

Por ejemplo, imaginemos que yo deseo vivir de la monetización de mis blogs, cosa que es cierta, y de lo que me haría muy feliz, y lo decreto con “palabras”, pero no sigo desarrollando nuevas ideas, no sigo construyendo una marca personal, ni mucho menos me hago publicidad ni amistades en el entorno o comunidad, ¿lograré mis metas? Obviamente que no.

En mi última opinión del año, de esta serie de los sábados, deseo resaltar lo importante de trabajar constantemente en nuestras metas y deseos, quiero recordarte que la costumbre de desear en los últimos minutos del año, los rituales que los acompañan, de comer cierta frutas o realizar ciertas acciones, como si tuvieras completando un quest de un videojuego, no sirven de nada, quizás solo para distraernos y hacer reír a otros de nuestras propias tonterías.

Si en estos días, has estado reflexionando, y te han surgido nuevas ideas, más que decirlas solo en palabras, trata de ir desarrollándolas, ¿cómo? Primero, define claramente lo que quieres hacer y porque lo quieres hacer, segundo, divide esa meta en sub metas, es decir, en cuantos pasos necesarios se requiera para cumplirla, tercero, incluye tiempos y lapsos de tiempo para el cumplimiento de cada paso, cuarto, evalúa constantemente tu progreso en el cumplimiento de los pasos a realizar, quinto, no tengas miedo si hay algo que reajustar o adaptar, si es necesario tratar varias estrategias, pues hay que hacerlo, sexto, disfruta y aprende en cada paso que des, no limites tu felicidad solo por cumplir una meta, se feliz por cada paso y esfuerzo que des por lograr lo que quieres.

Sigue luchando por tus metas, planteándote nuevas ideas, desarrollándolas, planificándolas y evaluando el progreso cada día, eso sí, no caigas en el error de pensar que con decirlas se cumplirán mágicamente sin hacer ningún esfuerzo.