No lo podía creer, apareció en el momento más extraño e inoportuno, yo con bata, semi-desnuda, me moría de la vergüenza. Intenté taparme, pero fue en vano, él se dispuso a sonreír mientras me decía:

–Así que al fin te logro encontrar ¿Nuestros encuentros no pueden dejar de ser extraños y excitantes verdad? En fin, continúa ¿Qué fue eso tan extraño que no podré creer?

Me ruboricé y cambié drásticamente el tema, no encontraba la manera, de decirle el porqué de mi cita.

– ¿Al fin me encontraste? ¿Así que me estabas buscando?

Él me respondió con una cara de molestia.

–Suenas sorprendida y algo molesta, no es muy difícil saber el porqué, pero todo esto es por tu culpa.

Me dio tanta indignación su comentario que me puse roja y le respondí:

-¿A ok mi culpa? ¿Entonces entraste al baño a hacerme compañía por mi culpa? ¿Que fácil es obligarte a hacer las cosas?

Él no pudo evitar reír a carcajadas, lo que me puso más nerviosa de lo que ya estaba, pero igual evité demostrarlo.

-Realmente no me refería a eso, sino a tu super excitante acto de agarrar mi teléfono y colocar tu número, sin decirme siquiera como te llamabas ¿Sabes cuantas mujeres atiendo aquí? ¡Mi teléfono está lleno de número de mujeres! Y como si no fuera poco te llamas Zoraya, tu nombre debe ser uno de los últimos, me rendí en la X, cuando una de mis pacientes, llamada Xiomara, me llamó para reclamarme un mensaje preguntándole si era la hermosa chica con la que tuve el placer de coincidir en los sanitarios del café.

No pude evitar reírme, me sentí algo tonta por lo que había considerado y le dije:

– ¿En serio no te diste cuenta de la intención del mensaje? ¿Le pusiste eso a todos tus contactos?

Él se sintió un poco avergonzado y me dijo :

–No, realmente estaba muy seguro de que eras tú, y quería seguir un poco con el juego previo, luego de eso me rendí y pensé que me habías hecho una broma.

Volvieron los colores rojizos a mi rostro, aunque para ser sincera creo que no se habían ido, no pude dejar de sonreír así que preferí terminar el tema y decirle:

– No, realmente si anote mi número y mi nombre, solo que no consideré las posibilidades, lo siento. No te puedo negar que pensé que no querías saber nada de mi.

Volvió a acercarse a mi y me dijo:

– ¿Estás loca? ¿Como no voy a querer saber de ti? ¿Acaso no sabes lo loco que me volviste ese día?

No pude decir más nada respecto al tema.

Luego, para eliminar el silencio incomodo, se acercó a mí, movió un mechón de mi cabello que tapaba mi cara al oído y me dio un beso en el cachete, muy cerca del labio, estremeciendo mi mundo nuevamente. Pasó por mi mente la escena de ese día en el baño del café, cuando nos besamos por primera vez, aun recordaba cada una de sus caricias en mi mente, me era imposible no sentir ganas de besarlo.

Interrumpió mis pensamientos al verme a los ojos muy de cerca y decirme:

– No sabes lo mucho que me alegra volver a verte, pensé que habías desaparecido de mi vida y creo que quedaron muchas cosas inconclusas entre tu y yo. Por cierto continuemos con la consulta, ahora, sí, cuéntame ¿Qué fue eso extraño que te sucedió y te trajo aquí?

Me senté un poco incomoda, de nuevo intentando taparme ¿Que tonta no? y me dijo:

– Ok, no creo que sea la primera vez que vengas a un ginecólogo ¿O la pena es por mí? ¿No crees que esa etapa ya la debimos haber superado hace mucho? ¿ O prefieres que te recuerde lo sucedido? A ver si se te pasa.

Intenté no sonrojarme, así que cambié la conversación drásticamente, debía decirle que pasaba por mi mente, tenía que salir de dudas.

– Realmente ando un poco nerviosa por lo que pasó, yo jamás había hecho algo tan bueno, tan atrevido y como no usamos protección, pues mi amiga me trajo para verificar que todo esté bien.

Él me miró fijamente, sentí un poco de incomodidad y molestia en su mirada. Después de un rato me dijo muy secamente:

– Créeme, también fue mi primera "experiencia loca", así como la llamas, pero no pude evitarlo, causaste algo en mí que no puedo describir, además no tengo ninguna enfermedad si quieres, ves mis exámenes, me los hice hace 2 días al igual que tú, me dio nervio la idea, aunque si me encantaría hacerte unos exámenes de laboratorio, es mejor prevenir que lamentar.

Me sentí sumamente ofendida, no podía creer que no entendiera mi preocupación y se comportara como un niño al que le hirieron el ego, además ¿Exámenes? ¿Por cúal tipo de mujer me hacia pasar? Ya no podía más con tanta rabia y le dije de forma muy directa:

–Ahí en el bolso tengo mis exámenes, me los hice temprano, no tienes nada de que temer, aunque no sé si entiendas que mi mayor preocupación es un embarazo, que por lo que veo no te pasó por la mente.

Él me vio con una mirada de sorpresa y me dijo:

–Tranquila ya saldremos de dudas ¿Por favor acomódate en la silla? No se tú, pero creo que ¡Sera una consulta muy interesante!

Continuará...

Este relato es la continuación de un relato erótico largo, te recomiendo leer las partes anteriores para entenderlo. Quedaran atrapados en esta seductora y romántica historia:

• El café más caliente que he tomado (Parte 1).

• El giro de mi vida (Parte 2).
  _{Nota: La imagen Mujer en bata Beso y Remolino, fueron editadas en photoshop cc 2018.}