Procedí a sentarme en la camilla, él me pidió que colocara mis piernas a ambos lados de ella, no negaré que me puse nerviosa, pero estaba decidida a no volver a ceder. Cuando iba a colocarse los guantes me vio fijamente a los ojos y con una sonrisa pícara los puso nuevamente en la mesa diciendo:

– Creo que es tonto desperdiciar la oportunidad de volver a tocar tu piel, además esto es solo por precaución, contigo no tengo nada que temer.

Al ver sus intenciones le dije:

–Por favor, se profesional, no quiero repetir las cosas y mucho menos aquí.

No dejó su sonrisa ni un minuto, yo intenté contenerme, pero era inevitable, ya me sentía húmeda, a pesar de todo seguí lo más seria que pude.

Agarró el especulo y lo colocó en posición, créanme es imposible sentir placer al colocar eso, sentí algo de dolor y cerré los ojos con fuerza, él acarició mis piernas, mientras decía:

-Lo siento, pero debo hacerlo.

Colocó una especie de cámara que aumentaba la resolución, observó y me dijo

–Todo perfecto, tu cuello uterino esta en excelentes condiciones, aunque veo que tienes mucho flujo ¿Acaso te sientes excitada? ¿Aun recuerdas lo bien que puedo hacerte sentir?

En mi intento por evitar cualquier comentario dije:

-Puedes proseguir con la consulta, aun no me dices nada de lo que necesito saber.
Luego retiró el especulo e introdujo la sonda exploratoria y me observó.

– Te tengo buenas noticias, todo está perfecto, no hay nada de qué preocuparse, no estás embarazada ¿Puedes responder la pregunta anterior? Es que no puedo dejar de notar lo húmeda que te encuentras y me trae muy buenos recuerdos.

–Ya creo que terminaste ¿no?

-Aún me faltan algunos estudios, prosigamos con las mamas.

Subió su mano lentamente por mi abdomen, como una caricia hasta llegar a mi pecho derecho, lo rodeó con mucho cuidado y lo apretó un poco, no pude evitar sentir un escalofrío, luego pasó a mi seno izquierdo, con el mismo procedimiento mientras cambiaba la posición de mis brazos. Sin querer mordí mis labios en el momento que lo hacía y él lo notó, se acercó a mis labios y me besó con mucha pasión.

Fue bajando poco a poco por mi cuello hasta llegar al pecho que sostenía y lo recorrió con su lengua mientras bajaba su mano derecha.

No podía controlar mis pensamientos, era obvio lo que ambos queríamos, su mano hacia maravillas mientras yo luchaba con lo que sentía y con lo que quería evitar.

Volví a recordar cada momento que vivimos en ese café y estuve muy cerca de perder mi rumbo, pero logré recuperarme en el momento que sentí que desabrochaba su pantalón y lo alejé de mí, a lo que él respondió:

– ¿Será igual que en el baño? ¿Prefieres otro lugar? ¡Mi escritorio esta libre!
Yo lo miré fijamente a los ojos y muy seria le dije:

– Doctor, considero que ya terminó la consulta, es mejor que me retire.

Él se echó para atrás con cierto desconcierto y me vio a los ojos.

– Señorita Zoraya, aún me falta un examen, ponte en la posición, haré el tacto vaginal.
Se acomodó la ropa y procedió a hacer el bendito examen.
Al introducir sus dedos no pude contenerme, fue un poco doloroso, pero a la vez muy placentero, él notó inmediatamente el cambio de mi cara e intentó continuar con sus dedos, yo entre un gemido le dije:

– Por favor, ya, no quiero, no lo entiendes.

Él se detuvo y me sentó en la cama.

–Ok, lo entiendo, solo que vi otras actitudes en ti, perdona, no volveré a abusar. Solo que no entiendo ¿Por qué actúas de una forma y piensas de otra?

-Simplemente no quiero repetir las cosas, te lo dije claramente, no soy así.

Fui al baño a cambiarme y al salir me comentó:

-¿Sabes que tampoco he hecho? Estar con una paciente en mi consultorio.
Con tan solo una frase logró que me molestara de verdad.

–A falta de más pacientes creo que esta noche seguirá sin vivir esa experiencia doctor Christopher, hasta luego.

Cuando iba abriendo la puerta del consultorio, la cerró y me vio fijamente a los ojos.

– Ok ok, está bien tienes razón, contigo he sido muy lanzado, no sé qué me pasa, realmente soy más caballeroso, tu sacas a alguien en mí, muy diferente al hombre que soy. Déjame compensarte invitándote a salir ¿quieres ir mañana a almorzar conmigo? Hay un restaurante cerca de aquí y la comida es deliciosa.

Me agarró por sorpresa, pues jamás pensé que el intentaría algo serio conmigo. Aun así lo vi con cara escéptica y le dije.

• Solo tengo 1 hora para almorzar y llegar me costará trabajo lejos de aquí para ir en metro o micro, lo siento pero no.

-Esperaba pasarte buscando realmente, pero si consideras que es muy poco tiempo, entonces te paso buscando después de que salgas y vamos a cenar ¿te parece?

Su insistencia era muy linda no lo puedo negar, pero aun así quería mostrarme dura.

– Salgo a las 6:00pm y tú a las 7:00 pm, creo que es muy difícil, además trabajo todos los días.

Abrió la puerta de su consultorio y le dijo a su secretaria:

–María, por favor cancela mi cita de las 6:00 pm de mañana y cámbiala para el miércoles, tengo una cita mañana.

Cerró la puerta y me dio un beso en el cachete, muy cerca de la boca, nuevamente supo como distraerme para decirme.

–Te esperaré en la salida, pásame la dirección por mensaje.

Me quedé como en shock, pero al fin pude reaccionar y le comenté que no tenía su teléfono, a lo que él respondió con una sonrisa.

–En un rato lo tendrás.

Continuará…

Este relato es la continuación de un relato erótico largo, te recomiendo leer las partes anteriores para entenderlo. Quedaran atrapados en esta seductora y romántica historia:

• El café más caliente que he tomado (Parte 1).

• El giro de mi vida (Parte 2).

• El Reencuentro (Parte 3).
  _{Nota: La imagen Mujer semi desnuda Beso y Hombre y mujer a punto de besarse el cuello, fueron editadas en photoshop cc 2018. El gif fue realizado en base a Gossip Girl}