Cuenta la historia nuevamente,
te escucho atentamente,
te miraré a los ojos fijamente.

Cantos del ruiseñor nocturno,
aullidos de mi perrito taciturno,
el pasar de la brisa llena de humo.

Nada impedirá que oiga tu murmullo,
vamos que si no lo dices, yo…
Yo no sé que decirte,
la lengua se retuerce como chicle,
y mi mente…
mi mente se atrofia al pensarte.

¿Qué bobería trato de explicarte?
mis palabras insisten en crear arte,
deseo que mis poemas lleguen a todas partes,
juegos de palabras con sabor a rescate,
silencios cantados y colores borrados,
¿Dónde están mis poemas olvidados?
Los de aquellos locos condenados,
que pasaban por los pueblos investigando,
a quien robarle y usurparle los cantos,
para hacerse dueños de los ingenuos,
que por un poco de pan
vendían la autoridad de sus versos.

Letras perdidas con nuevos dueños,
esa es la historia que te cuento,
¿Tu acaso también robas talento?
¿Por eso tu lengua y mente no contestan mis lamentos?
¿Tu creatividad esta escasa en este momento?
¿Qué me darías para descifrarte el talento?